El caso AGBAR, un buen ejemplo de cumplimiento normativo.

Quizá muchos no conozcan qué es el Pacto Mundial de Naciones Unidas.

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El Pacto de Naciones Unidas es una iniciativa internacional que pretende implementar 10 principios en las áreas de Derechos Humanos, Normas Laborales, Medio Ambiente y Lucha contra la Corrupción en los modelos de gestión de las empresas.

Cualquier empresa puede suscribirse al Pacto pagando una cuota anual y comprometiéndose a cumplir los principios cuyo progreso el asociado debe exponer en un reporte anual.

Uno de los riesgos del Pacto es la tentación que puedan tener muchas empresas de utilizarlo como mero elemento «estético» sin contenido real.

Sin embargo, hace algún tiempo tuve oportunidad de conocer en una Jornada Organizada por AEBALL  como algunas empresas habían desarrollado en torno al cumplimiento normativo una auténtica ventaja reputacional que es todo un ejemplo para quienes consideran que las medidas de compliance no son mas que una traba pesada impuesta por un legislador omnipresente.

El caso de AGBAR.

¿Qué ha hecho AGBAR?

Pues ha creado un modelo de cumplimiento normativo con especial incidencia en el ámbito medioambiental su punto de fuerte de actividad y en torno a las relaciones laborales. También ha creado un plan de prevención de riesgos penales en cumplimiento de la normativa penal. Y, todo ello lo ha hecho en torno a la marca Pacto Mundial, y en cumplimiento de sus principios, permitiéndole positivizar este esfuerzo de cara al exterior, con buena imagen comercial y reputacional. Todo un ejemplo a seguir.